domingo, 21 de febrero de 2010

No quieran tirarme abajo, no me desalienten, no me critiquen, no sientan envidia de que yo si tenga un objetivo, un protecto a cumplir... encuentren el suyo en vez de querer sabotearme... y si aún lo hacen... ¿Saben qué? No me importa. Nada ni nadie va a dejar que me rinda...

Hay miles de cosas que no sé como hacerlas y otras en las que me considero incapaz de realizarlas. Pero ésto sí puedo. Podrán tirarme, criticarme y hasta intentar hundirme. Demostrarme mis defectos y recalcar mis errores, Pero aún así, no lograrán su obejtivo. Porque voy a llegar... Tarde o temprano... Acompañada de aquellos que quieran hacerlo, que me apoyen, me entiendan, me alienten. Dejando atrás a todo aquel que intente ponerme una piedra en el camino. Si es necesario, llegaré sola. Pero voy a obsequiarme la satisfacción de haberlo logrado.

Esa es la diferencia entre un sueño y una meta.
El sueño es aquello que se quiere, desea, anhela.
La meta es un desafío, un proyecto, un objetivo.

Dejó de ser sólo un sueño para mi,
éste se convirtió también en mi meta,
en mi Destino.!