Dime dónde estabas cuando la ansiedad me ahogaba,
cuando cada pensamiento provocaba arcadas
y tembablaba cada poro de mi piel
sin nadie que me abrazara y me dijera:
"tranquilo todo irá bien".
Tu no estubiste allí, no viste mi mitad triste, ni mis despites,
no fuiste muro contra los empistes
del desprecio, del cansancio y del prejuicio,
Hoy solo me ampara mi sacrificio
Dicen que a través de las palabras el dolor se hace más tangible,
que podemos mirarlo como a una criatura oscura,
tanto más ajena a nosotros, cuando más cerca la sentimos.
Nach (L
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