sábado, 29 de septiembre de 2018

Lluvia...




Caminás por inercia y por única vez, el cielo se pone de tu lado para cubrirte en su llanto... Agradecida le sonreís.
Con cada paso que das, huyes... De los pensamientos, de los recuerdos, de nada y de todo.
Sólo estás vos, la lluvia, la oscuridad y las notas musicales que aturden cualquier pensamiento. 

Te frenás...
Al fin tenés un motivo por el cual levantar el rostro y mirar hacia arriba...
Te quedás quieta, congelás el tiempo y todo deja de importar...   la calle... el horario... la soledad... todo. 
Te quedás ahí... dejando que las frías gotas se mezclen con el calor de tus lágrimas. 
Dejando que el viento te acaricie el pelo y el rostro...
Te quedás ahí... sintiendo... respirando... al fin, respirando...
Y te acordás... sí, te acordás que el frío hace que todo duela menos...

Bajás el rostro, abrís la puerta y entrás.
Se acabó....

Otra vez, comienza todo...
Te alcanzó?





Jamás alcanza...



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